Marta Verdú Arroniz

Cuando terminé bachillerato tenía claro que quería dedicarme a la educación,  decidí estudiar magisterio especialidad Audición y Lenguaje en Valencia, cuando terminé, realicé el segundo ciclo de la Licenciatura en Psicopedagogía aquí en Alicante. Después de esta formación formal comencé a trabajar con personas con diversidad funcional y, cuando conocí los Trastornos del Espectro del Autismo, me enganché de por vida. Comencé a realizar cursos y formaciones específicas en torno a este tema, y ahora después de 18 años con el TEA a mis espaldas me sigue apasionando de la misma forma. 

Durante todos estos años también me he seguido formando en torno a la Neuroeducación, en concreto, en las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) realizando un curso de experto en Dislexia, mi otra gran pasión que me ha ayudado a comprender mejor el desarrollo neurológico y a entender la forma en la que niños, adolescentes y adultos aprenden.

Desde el 2003, junto con mi compañera Erika, he trabajado como psicopedagoga y terapeuta de personas con TEA en diferentes colectivos: Educadora y Monitora de taller en el Centro de día y Residencia para personas con autismo “Infanta Elena” (2003-2008) en Alicante, terapeuta de Ocio en ASPALI, Asociación de Asperger de Alicante (2006-2007), terapeuta en Equipo especializado en Tea (2003-2007), y terapeuta experta en la Unidad específica de Tea de la Clínica Mediterráneo de Neurociencias (2007-2008).

En 2008 Erika y yo nos embarcamos en una gran aventura que ha durado hasta nuestros días, poco a poco fuimos dando forma a nuestras ilusiones y creando Grup Nadò. Muchas personas han pasado por nuestras vidas y todas nos han aportado su granito de arena para construir el espacio que tenemos hoy, un espacio donde acompañamos a las personas con Tea y sus familias, y donde aprendemos y ofrecemos aprendizaje a este colectivo.

Me gusta el arte, el diseño gráfico y la costura, en definitiva todo lo que tenga que ver con la creación manual y artesanal.

“Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”
(Santiago Ramón y Cajal)